Nieto de los Reyes Católicos, Carlos había heredado de ellos las coronas de Castilla y Aragón, con sus respectivas posesiones en América y en el Mediterráneo, y reinaba como Carlos I de España desde los dieciséis años. El 24 de febrero de 1530 el papa Clemente VII coronaba a Carlos V en Bolonia como Emperador del Sacro Imperio. Le dio la espada que le confería los derechos de la guerra para la defensa de la fe verdadera. Colocó en su mano izquierda el cetro y en la derecha la esfera dorada, representación del mundo. Y para finalizar el acto posó sobre su cabeza la diadema de oro de los emperadores.
Hoja de acero inoxidable.
Puño en terciopelo marrón y acabado en plata envejecida.
Longitud: 120 cm
Ancho: 21 cm
Peso: 2,2 kg